jueves, 12 de febrero de 2009

TENIS, MI DEPORTERAPIA

Por esas cosas del destino, como si este existiera, me encontré un buena temporada lleno del mismísimo tiempo libre. Está claro que yo no me sentía culpable de ninguna falta, pero como suele suceder, de algo se me estaba culpando. La rabia y la frustración se iban haciendo insoportables, mi cabeza se llenaba con cerebración de la peor calaña por tamaña injusticia.


De pronto recordé algo que comunmente se ve que ocurre en U.S.A. como forma de pasar el tiempo; en una especie de habitáculo con mallas, se ubica el usuario con un bate de beisbol en la mano, esperando que una bola se dirija hacia él a gran velocidad, el objetivo es darle con toda el alma a la dura y pesada pelota. Tengo la impresión que en tal juego se bota muchísima rabia...


Es difícil que haya en este país un juego con tal característica, de modo que lo más parecido es golpear con una raqueta de tenis, una a una, medio centenar de pelotas baratas de aquel conocido deporte. Pero había que hacerlo bien, no por el hecho de tener rabia guardada (Mucha rabia), me iba a arriesgar a una lesión, de modo que un buen calentamiento iba a preceder siempre la sesión de deporterapia.


Media hora de deporterapia, me hacía sudar lo suficiente para estabilizar mi peso uno o dos kilos menos en un mes. mi frecuente mal carácter ya se había suavizado después de un mes. Practicamente todos los días salía a practicar deporterapia a la multicancha del parque. La actividad me relajaba, me hacía bajar de peso, tonificaba mi cuerpo, y secretaba la exquisita endorfina, y su poco de adrenalina para sentirse casi "groovy". A los pocos meses me atreví a adquirir una red de tenis, y lo que en principio era una simple metodología para botar rabia (y no despellejar a ningún granuja), se convirtió en un pasatiempo que incluso me permitía iniciar el aprendizaje técnico del tenis.


Más de algun juego gané, no era tan bueno pero me divertía, interactuaba, me mantenía en forma, ya no había rabia, ahora estaba jugando e incluso conociendo gente. Es cierto, no soy tan bueno que digamos, para algunos soy francamente malo, pero que puedo esperar ya hace rato pasé la curva de los cuarenta, mi pelo encanece día a día, pero me siento muy bien. Casi como cuando era un púber de 14 o 15, y podía correr y hacer deporte todo el día y practicamente no conocía la palabra cansancio (Aunque debo reconocer que tampoco conocí mucho de ecuaciones cuadráticas, integrales ni matrices). Aunque eso ya está en el pasado, y bien pasado está. Algo parecido ocurre con lo que comenzó siendo deporterapia y ahora se ha convertido en un entretenido pasatiempo para sentirse un poco mejor.


Ya no aspiro a campeonar (soy contemporáneo del famoso Federer, González y Nadal), de modo solo me resta vivir lo que yo considero lo que queda de tiempo, como ahora suelo decir, parodiando al fútbol: Estoy comenzando el segundo tiempo y voy recién en el primer minuto, ojalá que el entrenador no me saque del partido antes de los noventa, y ojalá, pueda convertir uno o más goles. Ahora entre nosotros, me gustaría decir que todavía me la puedo.